Pautas
metodológicas que ayudarán al estudiante a realizar la prueba.
Esta propuesta no
pretende ser ninguna fórmula universal con la cual se pueda obtener
el resultado deseado e inmediato, puesto que no se trata de una guía
inapelable o única. Tiene como objetivo señalar los aspectos que
han de tenerse en cuenta en el momento de analizar un texto y
presentar un modelo de cómo debe elaborarse un comentario, puesto
que muchas veces el problema ante el texto no surge de la incapacidad
de interpretar lo más importante, sino de la dificultad de
trasladarlo con orden y sentido a un escrito.
A partir de estas
pautas, cada alumno puede ensayar otras distintas posibilidades de
aproximación al texto y así podrá comprobar por sí mismo cómo
cada texto exige un acercamiento diferente, aunque en todos los casos
se tengan en cuenta los mismos puntos de interés.
Por último, para la
corrección de este ejercicio se tienen en cuenta los siguientes
criterios:
- Competencia
lingüística y textual para identificar el tipo de texto atendiendo
a sus peculiaridades lingüísticas y discursivas.
- Comprensión del
contenido del texto.
- Destreza en la
asociación de ideas y la relación del texto con otros aspectos
comunicativos de la cultura y la sociedad.
- Capacidad
argumentativa.
- Capacidad de
síntesis.
- Sensibilidad
lectora.
- Sentido crítico.
- Conocimiento de
referencias bibliográficas (para contraste de opiniones, etc.).
1. Metodología del
comentario
El esquema del
examen de comentario de texto lingüístico consta de dos apartados:
a) Determinar el
tipo de texto, justificando la respuesta.
b) Proponer un tema,
hacer un resumen (o estructura) y exponer brevemente la opinión.
A continuación
vamos a señalar los aspectos fundamentales que debe incluir cada una
de estas dos partes en que se divide la prueba, con el objetivo de
marcar de la manera más sencilla posible el modo de aproximación
que el alumno debe seguir para enfrentarse a un texto.
a) Tipo de texto y
justificación
En primer lugar, se
debe marcar el género textual (artículo periodístico, ensayo,
novela, poema, acta, informe, ley, decreto, etc.). Y si se conoce la
fuente, conviene mencionarla y añadir algún dato relevante sobre el
autor.
En segundo lugar,
hay que encuadrar el fragmento dentro de un ámbito de uso
(científico, humanístico, literario, periodístico...),
justificando la respuesta relacionando el tema del texto con la
definición del ámbito correspondiente. De forma muy escueta
podríamos añadir la descripción de los principales ámbitos
textuales, teniendo en cuenta, sin embargo, que en las pruebas de la
PAU suelen predominar los textos de ámbito humanístico o
periodístico:
Humanístico:
aborda temas que tienen como centro de atención el ser humano y sus
productos culturales.
Periodístico:
tiene como principal finalidad informar sobre hechos y temas de
interés general. Sin embargo, la información no es el único fin de
los textos periodísticos, puesto que en la prensa también se
admiten valoraciones, opiniones o críticas sobre ciertos hechos,
comportamientos o actitudes.
Científico:
se emplea en la creación, investigación y divulgación de la
ciencia y de la tecnología.
Jurídico: su
finalidad es promulgar las normas que regulan la vida de los
ciudadanos.
Administrativo: es
el canal mediante el cual los ciudadanos se relacionan con la
administración pública.
Literario:
tiene una finalidad artística o estética y crea, por medio de la
palabra, mundos imaginarios y de ficción.
Publicitario:
su objetivo es dar a conocer un producto y convencer al receptor de
que lo compre y lo consuma. Aunque también existe la publicidad
institucional, aquella que realiza algún organismo para prevenir
accidentes o incendios, para llevar a cabo campañas de solidaridad,
etc.
En tercer lugar se
debe señalar la forma del discurso (narrativa, descriptiva,
expositiva, argumentativa o dialogada) y su intención comunicativa
(informar, persuadir, orientar, explicar, contar...). Muy a menudo,
los textos son mixtos. La forma del discurso se reconoce por su
manera de ordenar la información, por su finalidad y por el tipo de
lengua.
Ofrecemos a
continuación las pistas para identificar cada una de estas formas
del discurso:
Narrativa:
cuenta hechos, anécdotas, historias que suceden en el eje temporal.
Hay narración literaria (la que tiene una finalidad artística) y no
literaria (argumentos de películas, narración histórica...). Deben
mencionarse los elementos de la narración: argumento, narrador,
personajes, espacio, tiempo...
Descriptiva:
existe la descripción objetiva (textos científicos o técnicos) y
la descripción literaria (prosopografía, etopeya, retrato,
caricatura, topografía...).
Expositiva:
aporta información objetiva sobre un tema determinado de forma
organizada. Su intención comunicativa puede ser divulgativa pero
también orientativa.
Argumentativa:
tiene como objetivo aportar razones para convencer al receptor de un
determinado punto de vista. La argumentación persuasiva consiste en
convencer apelando a las emociones (es el caso de los textos
publicitarios).
Dialogada:
dos o más interlocutores narran, describen, exponen y argumentan
dentro de una situación comunicativa.
A continuación
tenemos que realizar el análisis del nivel comunicativo. Consiste en
destacar la función o funciones del lenguaje más relevantes.
Recordemos que se trata de las seis funciones que propuso R.
Jakobson: denotativa o referencial (se produce cuando el emisor
utiliza el lenguaje para transmitir una información al receptor);
emotiva o expresiva (se da cuando expresamos sentimientos, deseos u
opiniones); conativa o apelativa (el hablante quiere llamar la
atención del oyente o influirle en su opinión); fática o de
contacto (se utiliza para establecer contacto, mantener o cortar la
comunicación); poética o estética (se utiliza cuando se busca la
belleza y el mensaje oral o escrito se cuida especialmente); y
metalingüística (cuando se utiliza la lengua para hablar del propio
lenguaje).
Por último, y para
concluir esta primera pregunta de la prueba, debe abordarse el
análisis del nivel lingüístico.
b) Tema, resumen (o
estructura) y argumentación.
En el segundo
apartado de la prueba de Comentario de texto se debe partir de la
identificación del tema: de qué trata el texto o cuál es su idea
central. Debe indicarse mediante una simple palabra, un sintagma o un
escueto enunciado del tipo "La libertad", "La relación
en el trabajo", "La capacidad de superación en el ser
humano"...
El resumen debe
recoger, de forma concisa (en unas cinco líneas), las ideas
esenciales del texto. Conviene redactarlo en tercera persona, próxima
a la impersonalidad semántica.
Quien resume, no
opina ni juzga.
Quien opte por la
estructura, debe exponer la organización del contenido del texto con
el fin de visualizar la jerarquización de las ideas (principales y
secundarias) y tratar de ayudar a percibir las relaciones que se
establecen entre ellas. Hay que indicar con qué párrafos se
corresponden y el tipo de estructura básica, es decir, deductiva (se
expone primero la idea principal o la tesis y luego se aportan los
argumentos y los datos) o inductiva (aparecen primero los argumentos
o los datos concretos y luego la tesis o la idea principal).
También se puede
señalar su estructura más específica si se considera oportuno:
cronológica, de
secuencia, de comparación, de clasificación, de ejemplificación,
de problema-
solución o de
causa-efecto.
Por último, se pide
la redacción de un texto expositivo-argumentativo, que daría
respuesta a la pregunta: ¿qué puedo decir yo sobre todo aquello que
es relevante en el texto? Debe seguirse la organización temática
del texto argumentativo: formular la tesis, exponer argumentos y
finalizar con una conclusión. Debe constar de unas 15 a 20 líneas.
2. Algunos defectos
o dificultades típicas en un comentario lingüístico Al margen de
la corrección ortográfica que ya se le supone al alumno, es muy
importante que preste atención al léxico. Lógicamente se valora
mucho la riqueza de vocabulario que muestre (empleo oportuno de
cultismos, locuciones latinas, préstamos, uso de alternativas
léxicas sinonímicas para evitar repeticiones molestas, etc.).
Precisamente uno de los defectos más comunes que se debe evitar es
el empleo de coloquialismos, vulgarismos, tics y muletillas, que
denuncian pobreza de vocabulario.
En cuanto a los
aspectos textuales es fundamental la utilización de recursos de
cohesión (como los conectores y las expresiones de opinión del tipo
según afirma... o de acuerdo con la teoría...) y la correcta
selección léxica (por ejemplo deben evitarse enunciados como “El
texto afirma / habla de” en lugar de “El autor afirma” o “En
el texto se afirma”).